―¿Estas bien amigui?.
―Si. ―la miro forzando una sonrisa. ―Solo… no me gusta recordar lo que pasó.
―Tú tranquila, ya veras que pronto vas a ir subiendo como yo, aunque, con el trabajo que ya tienes ya me has superado. ―no hay maldad ni doble sentido en sus palabras, siempre es amable y sincera conmigo. ―Vamos, esta noche, yo invito las copas.
―No. ―recuerdo lo que me dijo mi jefe. ―Voy a salir de la ciudad con el presidente.
Me mira con maldad.
―Ay amiga… ―me codea.
―No es eso. ―ruedo los ojos. ―Es por trabajo.
Mi celular suena y veo un numero desconocido, al responder escucho a mi jefe recordándome tener todo listo porque partíamos por la mañana y sin mas me cuelga, así de cortante entiendo que su tiempo vale enserio oro para todo.
―Mira y lo invoque sin querer. ―salgo del auto y empaco las mudas que mi amiga me compro en la maleta que me prestó ya que aun no voy por mis cosas.
Tenia todo listo cuando salí afuera, mi jefe estaba temprano esperándome afuera. Mi amiga me acompañó hasta