NARRADOR.
Nea no solo veía el auto marcharse sino también sus ilusiones, sus sueños y todo lo que nunca pensó sería su vida, ella sabía el castigo que le darían por ésto, se quedó allí demasiado tiempo observando el camino que había tomado el auto, manteniendo la esperanza de que volviera por ella, pero eso no pasó, nadie volvió. Un fuerte tirón en su cabello la hizo girar, otro golpe fue depositado en su rostro y casi a rastras fue ingresada a la casa en donde los golpes provocados por un cinturón de cuero no se hicieron esperar, en cada impacto Antón desquitaba la humillación y rabia provocada por Logan Ackerman, no dejaba de preguntarle el porqué su hija fue tan tonta de caer y dejarse envolver por un hombre tan ruin, alguien que no merecía ni el saludo de ella, pero con toda y las advertencias, la reglas y la buena educación ella fue he hizo lo único que no debía y aquello merecía un castigo, uno lo suficiente doloroso para que jamás olvidará lo que perdió por dejar a el villano entrar a su vida. El cuerpo de Nea quedó totalmente maltrecho, lleno de morenos, raspones y uno que otro corte provocando por la fuerza ejercida por el cinturón, pero nada de eso dolía más que su corazón, ni siquiera el hecho de que prácticamente tuvieron que llevarla cargada a la habitación por no poder ponerse de de pie, tuvieron que bañarla y vestirla ya que el castigo fue tan intensa que su cuerpo quedó tan débil que hasta respirar era doloroso. Pero con todo eso en su cabeza se seguía repitiendo la imagen de Logan sacándola del auto y luego marchándose dejándola a su merced, solo fue un objeto para su venganza y ella como tonta cayó, dejó que la usará y luego sin más la desecho, como un trapo viejo que nadie quiere. pasó una semana en dónde se fue recuperando de los golpes, en dónde pensó que todo había terminado pero su sufrimiento estaba lejos de acabar, esa noche Anton invitó a cenar Igor Cruz unos de sus socios, un hombre de al menos unos sesenta años, un hombre panzón y bastante asqueroso, la pobre Nea fue obligada usar un vestido revelador y maquillarse como si fuera a una exposición. —Es muy bella Antón, aunque algo lastimada. El hombre soltó después de repararla, su mirada era morbosa, asqueroso y lujuriosa, Nea sintió ganas de correr, de huir de aquel comedor, de buscar un lugar seguro y refugiarse del destino que ahora su padre elegiría para ella, no hacía falta decírselo para saber que la visita de ese hombre no era por cortesía. —Será una buena mujer y si no puedes enseñarla —Nea trago con dificultad al escuchar aquello, observó a su padre sin expresión alguna, pero rogando que desistiera, que no la entregará. —No lo sé, se rumora que le sirvió de desquite a Logan “El villano” Ackerman, tal vez debería probar la mercancía primero —Termino de decir el hombre de forma lasciva, mientras Nea agachaba la cabeza y enterraba las uñas en sus piernas, suprimiendo las ganas de levantarse y salir corriendo de allí. Pero a dónde iría, en quien se refugiaria, no había nadie, nadie la ayudaría, su padre era respetado y temido y nadie se atrevería a desobedecer una petición suya, siguió con la cabeza gacha, llena de miedo y rencor hacia Logan pero sobre todo a ella misma por haberle creído, por haber confiado en que él la quería de verdad. —Es lo justo —sentenció Antón. Nea soltó un jadeo bajo mientras su corazón se apretaba y en su estómago una angustia doloroso se alojaba, su padre dejaría que ese hombre la tomara, hiciera quien sabe que tantas perversiones con ella, de solo imaginarlo sus manos empezaron a temblar sin control y sin esperarlo otra vez la mirada de Logan se colo en sus pensamientos, esa que le había hecho creer que ella era importante, que era su mundo pero no fue más que una mentira, ahora estaba allí apunto de ser abusada por un hombre que solo le causaba asco. Fue arrastrada a su habitación y encerrada allí con aquel hombre que sin pudor empezó a desnudarse, mientras ella golpeaba la puerta desesperada por ayuda, afuera de aquella habitación Gloria su nana lloraba desconsolada, quería intervenir, salvarla de aquello tan horrible pero nada podía hacer, solo era una simple empleada sin voz ni voto en esa casa, con él corazón partido en pedazos se quedó en él pasillo rogando que Nea pudiera soportar aquella crueldad. Dentro Nea sintió las manos del hombre tocar sus glúteos soltó un jadeo de terror y trató de alejarse pero el hombre se aferró a ella con tanta osadía y descaro que la hicieron congelar. Él hombre depositó su rostro en él cuello de Nea succiono su piel con fuerza provocando y escalofrío agobiante recorrer su cuerpo. Llena en desesperación y decidida a no dejar que ese fuera su destino, empujo con todas sus fuerzas al hombre y antes de que la pudiera volver a sujetar tomó un cuchillo que había ocultado en su ropa y se fue contra él, una y otra y otra vez hasta que descargó en él todo lo sucedió los últimos días, cuando volvió en sí soltó él arma y se alejó con el corazón latiendo en sus oídos tan intenso que todo lo que podía era respirar acelerada e intentar alejarse pero la imagen estaba tatuada en su cabeza, en sus manos llenas de líquido rojo, en su ropa salpicada y entonces la realidad la golpeó, su padre no iba a dejarle pasar eso, está vez él castigo sería mucho peor y ella no soportaría más, ni un poco más. Con pasos cortos tomó él arma y con lágrimas en los ojos, sollozos desesperados, cargados de desesperanza cortó sus muñecas esperando que está vez fuera su fin para dejar de sufrir, para dejar de sentir aquella angustia que la consumía y aquella traición que solo le había provocado su más gran sufrimiento. Dos días después Logan permanecía de muy mal humor, no había nada que calmara la agonía ni él remordimiento en su interior, desde aquella mañana que dejó a Nea con su padre un frío doloroso lo acompañaba y aunque no demostraba nada, por dentro estaba lleno de angustia y rabia contra el mismo por haberle hecho aquello, por haberla engañado y abandonado a un destino muy cruel, Anton no le perdonaría haber estado con él. Tomó un trago de whisky y desecho la colilla del cigarro intentando enfocarse en los múltiples documentos frente a él, al menos allí fingía olvidar lo que su corazón y cabeza le gritaban a cada segundo “Busca a Nea, sácala de allí” —¡Tengo algo urgente que informar! Sander su mano derecha entró y soltó sin ningún tipo de tacto. Logan solo lo observó con una mirada de advertencia por el tono que usó. —¡Nea Lyon está en él hospital! —Soltó. Logan dejó caer él bolígrafo y documentos de su manos mientras tragaba con dificultad y un temblor lleno de preocupación lo invadió. —¡Motivo! —Aun así pregunto fingiendo desinterés. Sander soltó una risa llena de molestia, sin ganas de seguir el juego estampó una serie de fotos contra él escritorio sacando un gruñido molesto de Logan. —¡Mas te vale tener una excusa para ese comportamiento! —Le rugió Logan. —¡Mira lo que ocasionaste! —Le dijo señalando las fotos —Nea lo eliminó y ya imaginas que castigo le darán por haber hecho aquello —Logan mostró una expresión de sorpresa. —Nea no haría esto —Dijo en voz baja. —Anton se la dió a Cruz, lo encontraron así en la habitación de Nea y ella intentó acabar con su propia vida —Logan se puso de pie ante aquella información. —¿Qué estás diciendo? —Cuestiono. —Lo que oíste, supongo que la pobre al saber su destino después de haber hecho eso prefirió acabar consigo misma…. ¿Está satisfecho señor Ackerman? Sacio su sed de venganza. Logan camino hasta la ventana con las manos apretadas en puños, él corazón latiendo errático, la culpa hirviendo como una olla de aceite que lo consumía, no quería siquiera imaginar lo que habían hecho con ella para llegar a ese extremo, la sonrisa y mirada dulce de Nea pasaron por su cabeza, y luego fue reemplazada por su llanto, sus suplicas y desesperación al momento de dejarla allí sola a merced de la ira de Antón, él remordimiento era tan denso que le parecía verlo reflejado en él vidrio frente a él. —¿Qué haremos? —Cuestino Sander —La gente de Cruz exigirá una castigo para ella, y tú sabes cuál es, no lo merece….. Entonces ¿que harás? Logan se giro a enfocar a Sander, en su rostro había rabia, dolor, culpa y tristeza…. Todas aquellas cosas por Nea, su dulce y tierna Nea, a la cual abandonó y ahora tenía que ir a salvarla sabiendo que ella jamás iba a perdonarlo. —Ir por ella en este instante —Sentenció. Mientras ellos salían por Nea, en la residencia Lyon , Antón están siendo interrogando de una manera nada amable, tal y como dijo Sander buscaban a Nea con demanda. —¡Dónde está tu hija Antón! Prince el sobrino de Igor preguntaba con enojo, la noticia de la muerte de su tío había llegado como un vendaval, Igor era el líder de una red organizada de negación ilícitos, para todos él era intocable y ahora había sucumbido por la manos de la hija de Antón Lyon, aquello se debía cobrar y de una manera tan dolorosa y pública para que todos supieran que al meterse con los Cruz estaban firmando su acta de muerte. —Ella…. No está aquí —balbuceo temeroso Antón. Prince no era alguien con quién se pudiera jugar, no solo era él sobrino de Igor, también su sicario, uno muy sanguinario, al que no le temblaba la mano para acabar con quien se posará en su camino. —Eso es obvio —Le dijo con molestia —Dame su maldito paradero o empezaré a cortar tus dedos hasta que hables. Término de sentenciar mientras otro hombre le entregaba un juego de piezas, Antón al ver aquello trago con dificultad y sin siquiera pensar en nada más tomó la decisión de entregar a Nea, después de todo ella era la responsable de lo sucedido. —Está en el hospital del centro con su nana. Cero seguridad solo ellas dos —Prince sonrió complacido mientras acomodaba su cabello y caminaba a la salida —Anton esto que hicistes…. traer a Cruz aquí fue tu idea y también pagarás. —Por favor Prince, no tuve que ver con la estupidez que hizo Nea, ya te dije su paradero….. —No seas una nena, perder dos dedos no te matará. Prince soltó con burla y le hizo señas a su hombre de realizar aquello, salió del lugar mientras escuchaba los gritos de Antón, aquello solo lo hizo reír divertido, el sufrimiento de los demás era lo que más disfrutaba. Subió a su auto e indicó al chófer ir al hospital en dónde Nea sería la siguiente víctima.