Capítulo 26: En casa de los Castillo.
Meterse con un hombre por dinero era bajo, ruin, despreciable, y Victoria lo sabía. Pero tampoco tenía otro camino: ilusionar a Daniel con un amor que no existía o terminar en la cárcel. Si él le pedía que vivieran juntos, si le pedía sexo... ¿Lo haría? ¿Estaría con él como si nada?
Esos interrogantes mantenían a Victoria pensativa. Daniel era un buen hombre y no se merecía eso. Por ahora, lo importante era ir a esa cena con la familia y tratar de caerles bien.
La idea de que ella se fuera en taxi hasta la casa causaba desconcierto en Daniel. La inseguridad en la ciudad estaba desbordada, con delincuentes por doquier. No aceptó que ella viajara en taxi y decidió enviarle un auto para recogerla y llevarla hasta la casa.
Victoria solo había visto a los padres de Daniel en la empresa y no había tratado con ellos, solo les había saludado. Ahora se encontraría con ellos. Esperaba no tener inconvenientes, pero ahí estaban Andrés y Brenda, las personas más odiadas para ella. Tenía que causar