Después de la conversación que tuve con el Sacerdocio, me di cuenta de que probablemente no era una buena opción. Más que todo porque ellos son los primeros que desean que olvide a Emili. Estuve de acuerdo mientras hablábamos porque tocaron un tema delicado para mí.
Natasha.
Si mi hermana estuviese a mi lado, las cosas serían diferentes. Me dolió recordar todo lo que le pasó a Fabrizio y a Maksym, pero solo Emili había entendido mi sufrimiento, de la misma manera en la que Alice y Aysel, los habían entendido a ellos. Emili era la persona que yo quería a mi lado siendo mi esposa y la dueña de Rusia.
Pero no tengo tiempo para conseguir a otra mujer.
Salgo de mi consultorio después de terminar las consultas que tenía pautadas para el día, y busco por los alrededores a Arya. Se suponía que ella debía de esperarme sentada en cualquier parte del piso, pero ella brilla por su ausencia.
Ah... falta que se pierda en Moscú.
—Tyler, ¿no has visto a una mujer pelirroja con ojos verdes oliva, co