Mijail
—¿Por qué vende la mitad de su empresa? —Le preguntó a Boris antes de nuestra reunión con Adelmar Quinteros.
—Hace cinco años atrás fue estafado —Me dice y dejo de hacer lo mío para entender su acción de comprar una empresa quebrada.
—¿Está en quiebra?
—¡No diría quiebra! Redujeron su personal al 50% y con nuestro aporte podríamos levantar la firma y dejarla en la cima como antes.
—Es algo complicado ¿No lo crees?
—Sí podríamos perder ¡Pero! Estaríamos como accionistas temporales, solo un año. Si no funciona cobramos nuestro aporte y nos retiramos.
—¡Y si Quinteros no acepta!
—Va a aceptar, está con la soga al cuello, no te olvides que su empresa de joyas era la más prestigiosa de América, y juntos vamos a llevarla a la cima.
—¡Entonces vamos! —Salimos de su oficina rumbo al restaurante donde Quinteros nos esperaba.
—¡Buenos días! —Saludamos de un apretón de manos a Quinteros.
—Te presento a mi socio Mijail Ivanov —Me presenta Boris y Quinteros se sorprendió al escuchar mí apel