Capítulo 15. El Sendero del Revés
Mariel
El amanecer se abre despacio, tibio, como si el bosque aún dudara en despertarse. El agua ya no canta igual; su sonido cambió, se vuelve más profundo, casi como si intentara pronunciar mi nombre. Kael está junto al fuego apagado, los brazos cruzados y la mirada fija en el cauce. Me acerco en silencio, todavía con el eco del sueño dentro del pecho.
De pronto, veo aparecer algo enfrente de mí, una silueta de agua que intenta decirme algo. El bosque me llama, habla, susurra y puedo entender con precisión todo lo que me dice.
Estoy maravillada, es como un lobo de agua de fuego. Me mira fijo a los ojos y me habla directamente.
―Vete hacia el cause que tiene dos caminos. Ya no debes permanecer en esta tierra. Te estaré esperando.
Así como aparece, desaparece. Cuando vuelvo a caer en la realidad, noto que Kael está al lado de mí, tomándome de los hombros.
—¿Qué te dice hoy? —pregunta sin apartar la vista de mí.
—Que ya no me quede —respondo—. Que camine hacia donde el cauce se divide