153. La villana
Hee-sook fue a la empresa y buscó a Ha-na. Había esperado algunos días para saber qué había pasado con ellos. Entró a la oficina de Heinz y lo vio sentado en la silla, perdido, distraído y con semblante apagado.
—¿Y Ha-na? —preguntó Hee-sook, con curiosidad.
—Ella se fue… Terminamos. Ya no tenemos nada que ver el uno con el otro —dijo Heinz con severidad.
—¿Qué pasó? Te enfrentaste a tus padres, a los míos y cancelaste nuestro matrimonio por ella —dijo Hee-sook, asombrada por el desarrollo de las cosas. Pensaba que ellos estarían juntos luego de eso.
—Terminamos… Ella no siente nada por mí y me dejó. Ahora es libre y no tiene que estar conmigo —comentó Heinz con voz ronca.
—¿Y si te digo que puedo ayudarlos a estar juntos? —preguntó Hee-sook con astucia—. Pero hay algo que quiero… Un deseo.
—Puedes hacer lo que quieras. Si lo haces, te daré lo que quieras —contestó Heinz con frialdad.
—Ya veo. Entonces, dame la dirección de Ha-na —dijo ella con seguridad—. Y otra cosa más… No le diga