Capítulo 49
Sofía intentó intervenir por instinto, pero Alejandro le sujetó con delicadeza la muñeca.

El contacto cálido de su mano le devolvió la calma por un instante.

Daniel hizo la llamada y contó su versión exagerada de los golpes que había recibido, omitiendo convenientemente sus propias provocaciones.

Colgó y se quedó sentado en el suelo, con la mirada cargada de odio fija en ellos.

—¡Ya viene la policía, Sofía! ¿Te encanta andar con tipos mantenidos, eh? ¡Pues a ver cómo lo defiendes ahora! ¡Ni creas que puedes comprar a la policía!

Se rio con malicia, su cara adoptó un gesto espantoso.

Alejandro, en cambio, se quedó tranquilo. Sacó el celular, tecleó un mensaje rápido y lo envió. Después, esperó con calma a que viniera la policía.

La policía no tardó en llegar.

Al ver a los oficiales uniformados, Daniel se levantó de un salto y empezó a hacerse la víctima, señalando su cara amoratada e hinchada mientras exigía justicia.

—¡Fue ella, oficiales! ¡Ella lo ordenó todo! Es la autora intelectual
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