Capítulo 48
—¡Suéltame! ¡Daniel, me das asco!

Sofía luchaba por zafarse, pero la fuerza de él era demasiada; solo sentía un dolor agudo en la muñeca.

Mientras tanto, Javier Ortiz, que estaba escondido cerca, salió de las sombras. Sacó su celular con disimulo, listo para grabar lo que estaba por suceder.

Y es que Daniel no había venido solo ese día.

Se había puesto de acuerdo con Javier Ortiz de antemano para que grabara lo que haría. Con eso tendría material suficiente para hundir a Sofía Vargas.

Ya quería ver si Sofía seguía tan insolente después de eso.

—¡Voy a asegurarme de que toda la familia Vargas vea lo perdida que andas, Sofía! ¡Eso te ganas por desafiarme!

Daniel, casi fuera de sí, le jaló la blusa por el cuello.

Pero antes de que lograra aferrarse a la ropa de Sofía, una patada certera lo mandó a volar.

Al instante, un saco de vestir amplio cubrió los hombros de Sofía.

Todavía conmocionada, se vio envuelta en los brazos de Alejandro, quien había aparecido de la nada.

—¿Estás bien?

Su voz
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