No solo era inmaduro, sino que también parecía rencoroso. Siempre le gustaba provocarlo en público.
Mateo no pudo evitar poner los ojos en blanco para sus adentros.
Cuando Carlos salió, vio a las tres personas de pie junto a la puerta.
—Jefa, ¿por qué no entra?
Sofía hizo un gesto de negación.
—Acabo de hablar con el doctor y pensé en esperar aquí un momento antes de entrar.
—¿Y qué le dijo el doctor?
El asistente también estaba preocupado por la salud de Lorena. Llevaba tantos años a su lado y era la primera vez que la veía tan vulnerable. En el mundo de los negocios, siempre se había desenvuelto con una habilidad y una valentía impresionantes. Además, parecía una superheroína que ni siquiera necesitaba descansar.
Fue hasta estos últimos dos días que Carlos comprendió que, en el fondo, ella era como cualquier otra persona. Solo que era una mujer mucho más fuerte.
Sofía lo tranquilizó.
—No te preocupes, el doctor dijo que solo necesita descansar y evitar cualquier enojo.
Al mencionar l