Esta vez, se había equivocado. No debió ser tan necia, sus caprichos habían provocado que su madre terminara en el hospital.
Comparada con sus propios problemas, la salud de Lorena era lo único que importaba. Inmobiliaria Panorama necesitaba a su madre, pero podía prescindir de ella sin problemas.
Al asimilar esa dura realidad, la culpa en la mirada de Sofía se hizo todavía más profunda. No debió haber sido tan obstinada. Después de todo lo que había vivido, ahora veía las cosas con otra perspectiva. En ese momento, no tenía que haberle respondido así a su madre; quizás de esa forma, ella no estaría ahora en esta cama.
Bajó la vista, sin saber qué decir.
A un lado, Alejandro notó la angustia en su semblante. Con delicadeza, le cubrió la mano con la suya para reconfortarla.
—Estamos frente a tu mamá. Si sigues atormentándote, se dará cuenta y solo la vas a preocupar.
Ella lo miró y se quedó a punto de responderle, pero las palabras no salieron. Se limitó a asentir, sabiendo que él solo