Mundo ficciónIniciar sesiónHabía pasado la mitad de la tarde revisando informes, pero mi mente no estaba en los números.
Seguía dándole vueltas a la conversación con Gael.
Su mirada seguía fija en mi cabeza: esa mezcla de rabia, decepción y dolor que solo se ve en los hombres que amaron de verdad.
Golpeé suavemente la mesa con el lápiz, suspirando.
A Gael no le bastaba que le dijeran la verdad, él necesitaba creerla, y ese era un proceso que ni los años ni el whisky podían acelerar.
Solo el amor lo haría.
Y eso, maldita sea, me







