Amenaza Directa.

La mañana empezó con una calma que enseguida me hizo desconfiar. El cielo estaba cubierto por un gris plano, opaco, que parecía aplastar todo lo que tocaba.

Apenas bajé del auto, algo en el ambiente me empujó a tensar los hombros. El tipo de sensación que se instala en la nuca, como si alguien respirara detrás de ti.

Noah dormía en mi hombro, tibio, tranquilo, ajeno al veneno invisible que se había ido acumulando alrededor del estudio.

Yo no lo estaba. Desde ayer, después de aquel mensaje anónimo, mi pecho era un nudo.

Por eso no lo llevé a la escuela, por eso lo traje conmigo, aunque fuera lo último que debería haber hecho.

Entrar al estudio fue como sumergirse en una pecera donde todos fingían no sentir la corriente eléctrica que pasaba por debajo.

Saludé a mi equipo, recibí sonrisas tensas, miradas desviadas. La niñera caminó detrás de mí, sosteniendo a Noah con una delicadeza temerosa.

—Hoy se queda en la sala privada —le susurré—. No lo saques, no lo lleves a ninguna parte sin av
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP