Punto de Vista de Kyle
Aparté a Mia, pero el temblor de su cuerpo seguía latiendo bajo mis manos, como si me reprochara algo. Las luces fluorescentes de la habitación del hospital proyectaban sombras duras a través de su rostro, resaltando las ojeras bajo sus ojos, las mejillas hundidas que hablaban de demasiadas noches sin dormir. La vista de ella, esta mujer que siempre me había enfrentado con fuerza silenciosa ahora reducida a negociaciones desesperadas, removió algo doloroso en mi pecho.
Se balanceó ligeramente cuando la solté, vulnerable de una manera que hizo mi garganta apretarse. ¿Dónde estaba el fuego que usualmente chispeaba en esos ojos verdes cuando me desafiaba? ¿El sutil desafío en su barbilla cuando no estaba de acuerdo con mis decisiones? Esta no era mi Mia. No la mujer que siempre me había recibido con sonrisas suaves, cuyo amor había sido una constante que había dado por sentada.
—¿Qué estás haciendo? —las palabras salieron más ásperas de lo que pretendía, teñidas con