Capítulo 28. Regreso al infierno.
POV: Irina
El rugido constante de los motores del jet privado parecía un recordatorio de que nos estábamos alejando cada vez más de la isla... y de la burbuja que habíamos creado allí.
Gaspar estaba frente a mí, en el asiento de cuero negro, con el teléfono pegado al oído. Su voz era baja, firme y casi cortante. No hacía falta que escuchara las palabras para saber que estaba dando órdenes.
Yo miraba por la ventanilla. El mar se iba quedando atrás y la franja azul se iba haciendo cada vez más pequeña hasta que quedó oculta por las nubes.
No se trataba solo del miedo a volver a Nápoles. También era esa tensión, esa mezcla de deseo y nervios que me había dejado la isla.
Cada vez que Gaspar levantaba la vista y me atrapaba mirándolo, mi cuerpo recordaba sus manos, su boca, la forma en que me había tomado como si quisiera grabar su nombre en mi piel.
Cuando colgó, se recostó en el asiento y me miró.
—Estás muy callada.
—Pienso —respondí.
—¿En qué?
Me encogí de hombros, evitando su mirada.