Mundo ficciónIniciar sesiónAMBER PIERCE
—Señora, tiene que comer —pidió Jazmín. Hasta ese momento no me había dado cuenta de que estaba con la mirada perdida, abrazando a Jeremy como si fuera un oso de peluche, por suerte mi bebé estaba muy cómodo entre mis brazos y no le molestó.
Decir que estaba pensando en algo o dándole vueltas a la última conversación que tuve con Byron sería una mentira. Mi mente estaba en blanco y solo estaba concentrada en el dolor que se estaba volviendo físico. Como si un corazón roto fuera algo más literal que metafórico.
—¿Está bien? —insistió Jazmín, asomándose, viéndome con la cara convertida en una mueca de preocupación.







