Mundo ficciónIniciar sesiónAMBER PIERCE
—Bien, espero que no tarde. Tenemos visitas —contestó Byron con un suspiro cansado, moviendo su cabeza con intenciones de tronar sus cervicales, mientras yo contenía el aliento.
Mi mirada seguía enganchada con la de su asistente y mi gesto se volvió de súplica mientras apoyaba mi índice contra mis labios, pidiéndole silencio que no me fuera a delatar. Después de la breve seriedad que atravesó su rostro, asintió con el ceño fruncido antes de señalar la puerta con la cabeza.
Apreté los labios y me guardé la libreta debajo de la blusa, con disimulo para que el ayudante no se diera cuenta. Apretando los labios, me apoyé en ambos descansabrazos antes de levantarme lentamente del asiento, entonces este rechinó y tanto el asistente como yo cerramos los ojos, lamentándonos profundamente.
Byron volteó directo hacia el escritorio, con curiosidad. El ayudante avanzó de puntillas hasta tomar el respaldo del asiento y moverlo







