RYLAN
Clementine se estaba convirtiendo rápidamente en mi todo. Sabía que solo habían pasado unas pocas semanas desde que comenzamos a vernos, y aún menos tiempo desde que conocí a Gael y entendí completamente lo que estaba pasando en la vida de Tiny, y al darme cuenta de que estaba más íntimamente involucrado con ella de lo que jamás podría haber esperado.
Pero sabía cómo me sentía por ella. Sabía que, sin importar por lo que hubiéramos pasado, y lo diferentes que habían sido nuestras vidas, el destino nos había alineado y ahora estábamos juntos.
Y quería que ella supiera lo importante que era para mí.
—Entonces, cuéntame otra vez —dijo Slate mientras estábamos sentados en el bar, bebiendo juntos. Había pasado un tiempo desde que salimos; estaba increíblemente ocupado con el trabajo y con Tiny, y Slate estaba haciendo lo suyo, manejando su parte de la empresa.
—Vamos, hombre, no es gran cosa —dije, dando un sorbo a mi cerveza.
—¿Estás bromeando? Es una gran cosa. No solo me estás dic