Por un momento, ella hubiera querido restregarle a los Carter el heredero que ellos querían y que al mismo tiempo, seguramente la familia odiaría, pero no, eso era imposible.
Así que Ania, solo tendría que conformarse solo con la satisfacción de humillar a Liam públicamente luego de perder la empresa.
— Lo siento, debí decirte, debí… — Murmuró Liam.
— No, yo lo siento, te estoy causando tantos problemas… Por mi culpa, perderás la empresa… Tienes un mes para dejar todo en orden y entregarla, Liam, esto es una locura… — Los ojos de Ania se cristalizaron, aunque en el fondo ella quería reírse a carcajadas en su cara.
— No me importa, ya te lo dije… Soy un hombre exitoso y no necesito recostarme sobre las empresas Carter para demostrarlo… — Replicó Liam lleno de seguridad.
En ese momento, un presentador se subió al escenario, tomando el micrófono para llamar a los prometidos.
— Si aún me quieres… — Una vez más, Liam extendió su mano hacia Ania. — Yo… Estoy dispuesto a llegar hasta e