— ¡Mami, volviste! — Elián corrió a los brazos de Ania apenas ella atravesó el umbral de la puerta.
— Cariño, te extrañé mucho… ¿Cómo has estado? ¿Te has sentido bien? — Ania se agachó, abrazándolo con fuerza.
— Sí, mami y me porté muy bien…
— Victoria… — Ezequiel se acercó para recibirla. — Elián ha mejorado mucho, no le ha vuelto a dar más malestar, ni fiebre, como pediste, el doctor ha venido a chequearlo todos los días…
— Qué bueno, eso es un gran alivio… — Suspiró Ania para volver a abrazar a su caballerito.
— Y me porté muy bien, mami, ¿Verdad que si, tío? Cuéntale, tío, dile que ya soy un niño grande… — Pidió Elián entre pequeños brincos.
— ¿Hay algo que me quieran decir? — Preguntó Ania viendo a Elián y Ezequiel con algo de sospecha.
— Mami, es que… Yo quiero ir contigo a uno de tus viajes… Y te prometo que me portaré muy bien… Ya estoy grande y me curé… Es que te extraño mucho cuándo te vas y yo no conozco la otra ciudad, casi no salgo de casa… Y los otros niños viaja