Desde hace rato, Liam y Sebastián esperaban en la mesa que Victoria y Alicia volvieran de los baños, pues ellas se habían demorado bastante.
— Se han tardado demasiado… — Gruñó Liam viendo su reloj.
— Son mujeres, obvio que se van a demorar… Al menos que… — Sebastián levantó las cejas, pensativo. — Tú crees que Alicia sea tan tonta como para…
Repentinamente, Liam observó a lo lejos un extraño movimiento, un par de jovencitas salieron de los baños y parecían asustadas, de pronto los mesones caminaban ansiosos por el lugar, algo sucedía en los baños.
— Maldición, Alicia… — Mascullo Liam, levantándose de su asiento.
— ¿Eh? — Sebastián se sorprendió, pero al voltear, notó hacia donde se dirigía su amigo y lo siguió resoplando. — Si lo es…
— ¡Señor! ¡No puede pasar! ¡Ese es el baño de damas! — Se quejó un mesonero al notar la intensión de Liam.
— Conozco a las mujeres que están ahí adentro… No se preocupe, yo solucionare esto… — Mascullo Liam, tomando la perilla de la puerta para ab