secreto al descubierto.
El restaurante italiano de la esquina seguía siendo tan tranquilo como esa mañana, pero el aire que rodeaba la mesa donde se encontraban Alexander y Evan era denso, cargado de tensión. Frente a frente, dos hombres que amaban a la misma mujer de distintas formas, pero que ahora compartían una verdad peligrosa.
Evan bajó la mirada por un momento. Luego volvió a levantarla con decisión.
—Anne es mi hermana —dijo con firmeza—. Soy Evan Lewis Benson. Hijo de Jonah Benson… y de Katherine.
Alexander entrecerró los ojos. Ya lo había escuchado decir eso en la oficina, pero oírlo de nuevo, en ese contexto más íntimo, le revolvía el estómago.
—Eso no puede ser cierto. Según todos, tu madre y tú murieron en un accidente de avión hace más de veinte años —dijo Alexander con frialdad.
—No subimos a ese avión —respondió Evan—. Y gracias a eso estamos vivos. Mi padre no subió tampoco, él y Anne y Patrick, se iban a ir otro día.
Pero mamá y yo… nos salvamos por una advertencia anónima.
Alexander frun