Lane creía que las cosas se encontraban a su favor. Le coqueteaba descaradamente a Alexander, quien sentía asco. El hombre simplemente sonreía. Miró su reloj, sacó su celular y envió un mensaje. Lane lo observó con curiosidad y sonrió de manera burlona.
—¿Reportándote? —preguntó con sorna, acariciando el dorso de su mano—. ¿Acaso tu esposa desconfía de ti? —pasó suavemente los dedos por la argolla de matrimonio. Alexander sintió cómo la sangre le hervía, pero no retiró la mano—. Deberías decirle que tienes una reunión de trabajo, así no te va a molestar —continuó acariciando con lentitud su piel.
—Le estoy diciendo que ya casi me voy a la habitación, es para que esté tranquila —mencionó Alexander con desdén. Su actuación bien podría haberle valido un premio al mejor actor principal.
Mensaje de Alexander, dirigido a Anne:
Esto fue más fácil de lo que creía. En unos minutos más la llevaré a la habitación. En cuanto entremos, sales del baño y la encaramos juntos. Tú tranquila, sola se va