La mansión estaba rodeada de periodistas día y noche. Al parecer, estaban atentos a cualquier novedad. Las pruebas de ADN aún no llegaban; los laboratorios se mantenían herméticos. Gabriel tenía la muestra fuertemente resguardada en el banco de esperma y no la habían utilizado. Esa era su arma más poderosa. Por eso, sabía que no perderían nada.
Anne miraba con aprensión. Aunque sabía que todo estaba a su favor, ver tanta gente rodeando la entrada de la mansión la ponía realmente ansiosa. Se sentía completamente vigilada.
—¿Cuándo terminará todo esto? —le preguntó a su padre, mirando con frustración uno de los periódicos—. Parece que solo viven para esto —señaló un artículo—. Tienen más información que nosotros mismos —murmuró, moviendo la cabeza con cansancio.
Evan observaba a su hermana desde lejos. Sentía unas enormes ganas de abrazarla, pero no podía. Había muchas emociones en su corazón. Al parecer, los planes de su madre de arruinarle la vida a Eleanor estaban dando frutos. Según