Alexander se encontraba en casa. El investigador privado que contrató días antes le había informado que Lane ya se encontraba en el país, pero que Margaret se había quedado en Europa. Habían descubierto las artimañas de Lane, pero no había quedado claro el motivo de la alianza de esas dos mujeres.

Ese día había regresado más temprano de la oficina; el informe se lo habían enviado al correo electrónico, y estaba pensativo. Decían que Lane había estado igual muy tranquila, pero no decían si estaba saliendo o hablando con alguien. Escuchó cómo el mayordomo recibía a su esposa y hermano, así que salió a su encuentro. Su suegro llegaría en un par de horas, así que el chofer iría a recogerlo, puesto que el aeropuerto se encontraba fuera de la ciudad.

Salió a recibir a su esposa. Al verla entrar, pudo notar que algo no se encontraba bien; se notaba un poco pálida y con pocas fuerzas, al parecer era uno de esos días. Sintió que su corazón se estrujaba al verla así, pero tenía que mostrar fuer