Capítulo 30
Abracé a Clara con fuerza, intentando contener su llanto. Le pedí que respirara, que se calmara, que entendiera que ella solo había seguido las órdenes de su Alfa, y que lamentablemente era lo que se nos enseñaba a las Omega.
Me dolía verla así… rota por dentro, con los ojos hundidos de vergüenza al pensar en el daño que le ocasióno a Gabriela.
Sentía un nudo en el pecho. ¿Qué se supone que debía hacer con esa verdad? Una parte de mí pensaba que Xavier tenía derecho a saberlo. Pero otra... sabía que eso solo abriría una herida más profunda para el, Y ya tenía demasiadas.
Así que, por ahora, decidí guardar silencio. A veces el amor también era eso: callar hasta que el momento sea el correcto, se lo diría, pero cuando considerará que Xavier podría soportar y perdonar, porque su rencor a ese evento, a Gabriela era más fuerte.
Los días siguientes en la manada de Plata transcurrieron en calma. Empecé un entrenamiento estricto para prepararme como la futura Luna.
Una de las anci