Capítulo 148
El territorio estaba en guerra, Nos movíamos entre los árboles, agachados, en silencio, escondiéndonos de los rugidos, de los gritos, de las explosiones.
Bianca se quejaba a cada paso.
—Esta no es nuestra guerra —decía—. ¡Nos van a matar por defender a una manada que ni siquiera nos pertenece! ¡Estas loca Micaela!
Julián se detuvo en seco
—¿Eso piensas? —le dijo con los dientes apretados—. ¿De verdad eso piensas después de todo?
—Claro que sí —respondió ella con arrogancia—. Esto es entre ustedes y ese lobo maldito, Yo no tengo nada que ver.
—Ya entendí quién eres —le respondió Julián, dolido—. Yo estaba enamorado de un espejismo, De lo que fingías ser y decidí creerte, dude de mi madre, de mis hermanos, de todos, pero ahora veo que eres una víbora
Ella lo miró con rabia, pero no respondió, solo agachó la mirada
—Si no quieres seguir, vete —le dije cansada de su actitud —. Pero hazlo sola, No vamos a devolvernos, puedes seguir caminando derecho por el sendero hasta la m