Capítulo 12
Xavier se lanzó hacia mí con la desesperación de una bestia contenida. Me tomó de la cintura con fuerza y empezó a besar en mi cuello.
Su respiración era caliente y agitada, Su nariz se deslizó por mi piel y supe, por cómo se tensaba su cuerpo, que mi olor lo estaba volviendo loco.
—¿Qué ibas a hacer con ese imbécil de Ares? —gruñó junto a mi oído, con una voz grave que me erizó toda—. Sabes lo que pasa si la guardiana deja de ser célibe… muere.
Sus palabras deberían haberme asustado, pero lo único que sentí fue furia. Una rabia que se mezclaba con con dolor, con mi corazón herido, después de lo que vi en la fiesta.
—Mátame —susurré con la voz temblorosa, pero tan segura que el lo creyó —. Sería mejor que vivir sabiendo que marcaste a mi hermana delante de todos, delante de mi.
Él sonrió, una sonrisa traviesa y peligrosa, me dio una caricia en la mejilla y acomodo mi cabello tras las orejas
Se llevó la mano a la boca, sacó una prótesis y la arrojó al suelo.
—Nunca la mar