~ Siena
Mis pies descalzos pisan el frío suelo de madera mientras bajo las escaleras.
Ha pasado un tiempo desde que me levanté de la cama y fui a la cocina. Después de todos estos años, sigue siendo mi lugar de consuelo y no tiene nada que ver con la comida.
Aunque eso es una ventaja.
Me detengo en seco en la puerta y veo una figura revolviendo en el refrigerador. Al oírme entrar, me mira por encima del hombro y me dedica una sonrisa torcida.
"Me preguntaba si vendrías aquí."
"Diane, ¿qué haces despierta?" Me apoyo la mano en el pecho, un poco asustada al verla aquí. Ya es pasada la medianoche.
Cierra la puerta con un puñado de queso en cubos en la mano. "Podría preguntarte lo mismo."
—Inquieta. Ya sabes cómo me pongo. —La cocina está fría contra mis brazos desnudos mientras me incorporo para sentarme en una de las encimeras, dejando que mis pies cuelguen.
Todo el drama con la llegada de las chicas y el mal comportamiento de Onyx me ha devuelto el insomnio. Pensé que bajar aquí sería