RONAN
La mesa de la reunión estaba rodeada por los betas de mayor confianza de mi manada. Rambo, con su presencia imponente y su esposa Camina a su lado, siempre leal. Livia, con su actitud desconfiada y estratégica. Los otros dos betas, Varian y Tobías, escuchaban atentamente.
La política entre los reinos siempre ha sido un juego de estrategia y poder, y yo, como Alfa del Fuego, tenía que jugar bien mis cartas.
Rambo fue el primero en hablar.
—La Alfa del Agua está dispuesta a negociar —anunció con firmeza—. Ha dejado claro que respeta las decisiones de su difunto esposo y está abierta a una alianza con nosotros.
Me incliné ligeramente hacia adelante, evaluando la información.
—Eso son buenas noticias —dije, meditando las implicaciones—. Solo nos falta conseguir una alianza con los Alfas del Reino de la Tierra. Si logramos eso, tendremos el dominio completo de los territorios.
Livia no tardó en expresar su escepticismo.
—No confío en la Alfa del Agua —dijo con frialdad—. Es astuta. N