NARRADORA
— Iremos al pantano, allí creo que podrán conversar mejor.
Cedrick caminó al lado de su Reina y la abrazó posesivo.
Demasiados machos para su gusto.
Aaron asintió, observando a la Alfa Centuria con curiosidad. Ella era la madre de su sucesor.
— Mi nombre es Raven y puedo prometerles que nadie desea esclavizarlos, todo se hará en mutuo acuerdo. También fui
esclava una vez, nunca permitía algo como eso.
A pesar de la desconfianza en sus corazones, los enormes hombres peliblancos comenzaron a acercarse sutilmente a su Centuria favorita.
No todos eran mates y había algunos rostros de desilusión, pero igual las Centurias se animaron, pensando en sus monarcas.
Ellos no eran mates originales y, aun así, eran una pareja perfecta.
Le echaron miraditas a los hombres de invierno que quedaron solitos, como medio desorientados.
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El pantano nunca había estado tan animado.
Hubo algunos locales que protestaron, pero frente a los gruñidos salvajes de su Alfa, no había espacio para la n