NARRADORA
Ana lo supo, no importa lo mucho que caminó en el sentido contrario, él la siguió y la acechaba, desde que salió del palacio comenzó a avanzar hacia ella.
Hakon la miraba depredador, como ella se sumergió bajo la cascada, alzando su cuello blanco bajo el chorro frío, cerrando los ojos de placer y revolviendo su cabello de fuego mojado que le caía por la espalda.
Su vestido se pegaba a su cintura y sus nalgas desnudas, sin dejarle mucho a la imaginación.
Ella lo estaba provocando descaradamente, sabía que él la observaba en las sombras mientras se tocaba bajo el agua y el Alfa, no ocultó para nada sus feromonas que llamaban a su hembra al apareamiento.
— Mmm – Anastasia aspiró profundo, incluso rodeada de agua, la dominación que el Alfa ejercía sobre su voluntad y su cuerpo.
De entre sus labios salió calor abrazador y entendía que no estaba en celo, sin embargo, se sentía como tal.
Guiada por la lujuria, bajó las manos para acariciar sus duros senos, hacía tanto tiempo