Tara siempre vivió en los bordes de un pequeño pueblo, donde las cosas eran simples y predecibles… hasta que Rhidian llegó. Él no pertenece a ese lugar, y Tara lo sabe desde el momento en que sus caminos se cruzan. Dominante, peligroso y con una presencia que lo envuelve como una sombra, Rhidian parece ver algo en Tara que nadie más ha notado. Pero lo que comienza como una atracción inquietante pronto se convierte en algo más. Hay secretos enterrados en el pasado de Tara, secretos que ella misma desconoce, y Rhidian parece estar decidido a desenterrarlos.
Leer más- Jared -
5:00 a.m. suena la alarma...
Despierto casi de inmediato al escuchar el pitido del despertador, puedo ver a través de las cortinas que aún está oscuro, por lo que la única luz que se distingue es la de los faroles que están en la calle. Me siento en la cama y me estiro, haciendo que los huesos de mi columna se acomoden. Hecho eso me levanto lleno de energía y listo para iniciar con mi día, sé que para muchos puede ser un infierno despertar a esta hora, pero para mí es bastante agradable y a decir verdad, ya estoy bastante acostumbrado.
Sí ya sé lo que piensan "este tipo no ha de ser de este planeta" o al menos es lo que siempre dice mi hermana Cristhal. Pero no me importa a mí me gusta aprovechar las primeras horas de la mañana y hoy no será la excepción, sobre todo porque es un día muy importante y no me puedo dar el lujo de retrasarme.
Así que después de tender la cama y confirmar que no tenga ninguna arruga empiezo a vestirme con ropa deportiva. Cierro la chaqueta a la altura del pecho, ni muy abierta ni muy cerrada, ajusto los tenis y meto las agujetas para que estás no se desaten y me hagan tropezar. Por último peino mi cabello lo mejor posible, sé que el aire me va a despeinar pero no puedo evitarlo, para mí es indispensable tener todo en su debido lugar, siento que así puedo tener el control de mi vida y de todo lo que me rodea, hasta de los detalles más pequeños.
Ya listo, salgo del departamento y me encamino al parque que está a unas cuadras, al llegar empiezo a estirarme y después de unos minutos de estiramiento comienzo a correr mientras recorro uno de los parques más bellos de Londres, el Hyde Park. Me encanta este lugar, el lago Serpentine divide el parque dejándome ver grandes árboles que filtran los primeros rayos del sol entre sus hojas, también tiene una extensa pradera decorada con esculturas que le dan un toque sofisticado y fresco. Este lugar fue una de las razones por las que quise venir a vivir aquí, es perfecto no sólo para hacer ejercicio, también para tener un día de campo, dar una caminata relajante o hasta tener una cita romántica. Aunque bueno, eso es lo último que pienso hacer aquí. Digamos que eso de ser muy cariñoso y romántico no es lo mío, ya no.
Después de más o menos una hora regreso al departamento bastante sudoroso, pero con mucho ánimo. Como ya tengo por costumbre, tomo una ducha caliente para relajar mis músculos y quitarme el sudor. Al salir me visto con un pantalón de vestir gris Oxford, una camisa blanca y zapatos negros. Ya vestido, peinado y con portafolio en mano, bajo a la cocina a preparar un desayuno casual, que conociste en café negro y emparedados tostados, mientras desayuno reviso en mi agenda los horarios que tengo para hacer cada actividad. Insisto, soy enemigo del desorden, simplemente no puedo vivir si no sé dónde está algo o que tengo que hacer durante el día. Mi familia lo llama obsesión, yo prefiero denominarlo como necesidad.
Cuando terminó con mi desayuno limpio la cocina, lavo, seco y acomodo los platos, así no abra nada que hacer cuando regrese por la tarde, al revisar que todo esté debidamente organizado y limpio tomo el saco que hace juego con el pantalón y me dirijo al estacionamiento del edificio. Ya en el auto, lo enciendo...
"!!!The scars of your love remind me of us
(Tears are gonna fall, rolling in the deep)
They keep me thinking that we almost had it all
(You're gonna wish you never had met me)
The scars of your love, they leave me breathless
(Tears are gonna fall, rolling in the deep)
I can't help feeling!!!"
- ¡¡Hijo de su ...!! - grito asustado
Y como no me voy a asustar, si la radio se encendió y empieza a sonar, a un volumen excesivo, reproduciendo una de las canciones revoltosas que escucha la loca de mi hermana. Gracias a eso casi me da un infarto, tanto así que pegué un brinco en el asiento dándome un golpe en la cabeza y de a paso despeinado mi cabello que con tanto cuidado había arreglado.
Nota mental: Prohibirle a mi hermana que ponga su música mata neuronas o que por lo menos la quite antes de bajar.
"Si claro, como si tuvieras el valor de decirle o ella las ganas de hacerte caso"
A veces creo que mi conciencia tiene algo en mi contra. No me mal entiendan no soy un amargado ni nada de eso, es solo que prefiero sonidos más relajantes, además, hoy estoy especialmente nervioso. Y es que es mi primer día de trabajo, por fin todo el tiempo y esfuerzo que dediqué a estudiar y a trabajar a medio tiempo están dando resultados, conseguí ser profesor en una buena escuela, justamente en donde yo mismo fui alumno durante mi adolescencia. Me siento muy emocionado, estoy logrando todo lo que siempre soñé para mí vida y no voy a permitir que nada ni nadie lo arruine.
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Aquí el primer capítulo de este libro, que a su vez forma parte de una Saga titulada SECRETOS, que consta de 5 libros. En su debido momento les haré saber el titulo de cada uno. Tomen en cuenta que este es el primer libro, por lo que deben leerlo antes que el resto, de contrario se harán spiler's y yo no me hago responsable por eso.
Otra cosa más, si desean conocer a los personajes de esta historia, los lugares mencionados y otras cosas interesantes, pueden visitar mi cuenta de I*******m, me encuentran como escritoradeluna.
El sol brillaba sobre el campo de entrenamiento, reflejándose en las espadas y armaduras que los guerreros del castillo llevaban mientras practicaban. El aire estaba impregnado del sonido del metal chocando y las instrucciones de los entrenadores, pero la atención del grupo estaba centrada en otra cosa.Emma intentaba concentrarse en su ejercicio, pero el cosquilleo en su cuello la hacía sentirse expuesta. Alaric la había marcado la noche anterior, y aunque intentó cubrirlo con su cabello, la mirada de Kael fue suficiente para delatarla.—Emma, ¿qué tienes ahí? —preguntó con una sonrisa traviesa mientras se inclinaba para ver mejor.Ella retrocedió, pero no lo suficientemente rápido. Kael silbó y estalló en carcajadas.—¡Vaya, vaya! Alaric dejó su firma.Bella y Tara se acercaron al escuchar el escándalo, y cuando vieron la marca oscura en su cuello, Bella se llevó una mano a la boca para reprimir una risa.—Eso no estaba ahí ayer y Kael tienes una obsesión con ver los chipetones—come
El entrenamiento en el castillo continuaba con la misma intensidad de siempre, pero había algo distinto en el ambiente. Kael no dejaba de lanzar miradas socarronas a Tara, y ella empezaba a ponerse nerviosa.—¿Qué? —preguntó finalmente, cruzándose de brazos.Kael sonrió de lado y señaló su cuello con un gesto exagerado.—Nada, nada… Solo que alguien parece haber tenido una noche muy intensa. —Su tono era burlón, y al instante, todas las miradas se volvieron hacia Tara.Bella se inclinó, mirándola con atención, y luego soltó una carcajada.—¡Oh, por todos los cielos! Tara, tienes un chupetón enorme. ¿Cómo no te diste cuenta?El rostro de Tara ardió en cuestión de segundos. Instintivamente, llevó la mano a su cuello, sintiendo el ardor delatador en su piel. Miró a Rhidian con el ceño fruncido, pero él solo se encogió de hombros con una media sonrisa.—No te quejaste anoche —murmuró él en voz baja, lo suficientemente alto para que solo ella lo escuchara.Tara le lanzó una mirada asesina
El aire en el castillo estaba cargado de energía mientras el grupo se preparaba para un nuevo día de entrenamiento. La guerra se acercaba, y cada uno de ellos debía estar en su mejor forma. Sin embargo, dentro del frío de las piedras antiguas y el peso de la responsabilidad, las bromas de Kael lograban mantener el ambiente ligero.—¿Seguro que puedes moverte bien, Rhidian? —preguntó Kael con una sonrisa burlona mientras se estiraba. —Digo, con la cantidad de marcas que traes en el cuello, pensé que Tara te había dejado incapacitado.Bella soltó una risita, mientras Emma negó con la cabeza. Rhidian, quien intentaba mantenerse serio, simplemente exhaló con frustración y miró a Tara, quien parecía completamente indiferente a los comentarios de Kael.—¿Quieres que te ayude a entrenar, Kael? —Rhidian dijo con una sonrisa afilada—. Prometo dejarte tan marcado que necesitarás días para recuperarte.Kael se llevó una mano al pecho, fingiendo estar ofendido.—No necesitas ponerte tan sentiment
Kael se recostó contra una de las columnas de piedra, cruzando los brazos tras la cabeza mientras observaba a los demás. Después de tantas batallas, tantos secretos revelados y entrenamientos agotadores, la tensión flotaba en el aire, pero él podía sentir algo más también: la atracción latente entre varios miembros del grupo.Bella estaba cerca, hojeando un libro que Emma le había dado, aunque Kael notaba cómo sus dedos jugaban distraídamente con la orilla de las páginas, un gesto que ella solo hacía cuando estaba nerviosa. Sonrió para sí mismo. Le gustaba verla así, contenida, intentando no mirarlo demasiado. Decidió provocarla un poco más.—Espero que ese libro no sea demasiado aburrido —murmuró, inclinándose lo suficiente para susurrarle en el oído.Bella levantó la mirada, sus ojos brillando con un destello desafiante.—No tanto como tú cuando hablas demasiado.Kael soltó una carcajada y se apartó, pero no antes de deslizar un dedo por su brazo, un roce intencional que la hizo ten
Kael siempre había sido el tipo de persona que encontraba algo gracioso en cada situación, incluso cuando estaban al borde de una guerra que podría acabar con todo lo que conocían. Para él, el humor no era solo una forma de lidiar con el miedo, sino su forma de vida. Y ahora, en medio de todo el caos, no iba a cambiar eso.Deslizándose por el pasillo del santuario, Kael giró la cabeza hacia Bella, que caminaba a su lado con el ceño fruncido, concentrada en el libro que sostenía en sus manos.—Dime la verdad, Bella —dijo con una sonrisa juguetona—. ¿Lo sostienes así porque te gusta la textura del papel o porque crees que si lo miras lo suficiente, te revelará la respuesta a todos nuestros problemas?Bella alzó la vista y le lanzó una mirada de advertencia.—Kael, por favor. Estoy intentando concentrarme.—¿Ah, sí? Pues yo también. Estoy concentrado en intentar que sonrías. No es mi culpa que seas un desafío casi imposible.—Quizás porque la situación no es precisamente para bromas.Kae
Rhidian observaba a Tara mientras dormía, su pecho subiendo y bajando con cada respiración tranquila. La luz de la luna se filtraba por la ventana de piedra del santuario, iluminando sus facciones suaves y la curva de su cuello.Era hermosa. Más de lo que jamás admitiría en voz alta, porque sabía que Tara no necesitaba que alguien más le recordara su valor. Pero aún así, en momentos como este, cuando todo parecía estar en calma, no podía evitar pensar en lo mucho que la deseaba. No solo su cuerpo, sino su mente, su fuego, su terquedad. Todo lo que la hacía ser ella.Suspiró y se pasó una mano por el cabello. No había dormido mucho desde su llegada al santuario, y no solo porque las visiones y los recuerdos de Edrian y Elyndor lo mantenían inquieto. Algo en su interior le decía que el tiempo se estaba acabando. Que la guerra no esperaría más.Se movió con cuidado, alejándose de la cama sin despertarla. Necesitaba despejar su mente. Cruzó el pasillo en silencio y salió al balcón, dejand
Último capítulo