Con lo que su propio hijo le ha dicho, la señora Valentina le ha declarado la guerra a Aleyda.
Hizo todo lo posible por encontrar la dirección de su casa, sin embargo, no hubo nadie que se la diera, pues, sus hijos ya la conocían y sabían que para algo bueno no la quería.
Así que no pudo lograr su objetivo. Planeó otro… uno más macabro que el anterior, en el cuál, solo llegaría a su casa y le exigiría que se alejara de su hijo por completo.
Al día siguiente decidió hacerle una visita sorpresa a Ethan. Fue a su cafetería preferida y compró panecillos de los que su hijo adora comer.
—Mamá, ¿qué haces aquí?
Reaccionó sorprendido.
—Hijo. Lo he pensado durante la noche y, creo que es tiempo de darle la bienvenida a tu mujer, en la familia. Por cierto, ¿ella dónde se encuentra ahora?
Preguntó.
—Mamá, este teatro ni tu misma te lo crees.
—Tengo derecho a la redención, ¿no crees? Aprenderé a querer a la mujer que amas.
La señora juró que estaba siendo sincera. Le pidió a su hijo que la ll