Anastasia continuó.
―¿Eso significa que podemos hacer el amor aquí, bajo la luz de la luna y el cielo estrellado, mientras la brisa nos envuelve con su frescura y la noche nos arropa con su intimidad? ―Propuso.
―Mi esposa adorada ahora se ha convertido en una poeta, me agrada la idea, pero te vas a resfriar, es mejor que nos vayamos a la habitación.
―¿Por qué me estás evitando? Hemos prometido que estaremos bien y ahora me sales con esto y no…
La esposa no finalizó la frase que tenía en mente, sus labios fueron atrapados por los de su esposo y finalmente su fantasía se está haciendo realidad. En medio de la noche se logra observar la silueta de dos personas que se están demostrando lo mucho que se han extrañado por estar separados.
Ambos se recostaron sobre la banca y no paran de saborear sus labios, el esposo bajó cuidadosamente su mano e hizo un recorrido sobre las piernas de su amada, ella se estremece con el toque de la suavidad de esas manos que desean adentrarse mucho más arrib