Los días van pasando y todo sigue igual entre ellos. En la empresa, Anastasia se ha ganado el respeto de todos los empleados, bueno, no de todos. Hay una de las muchachas que recién ha llegado a hacer su práctica profesional, ella es un fastidio porque solo se la pasa al lado de Eliam, sin importarle que ella le demuestre ser la esposa.
—Jefe, estoy tan feliz de que me haya aceptado en su empresa, estoy dispuesta a aprender todo lo que usted me quiera enseñar. —Dijo la practicante, remarcando la palabra “todo” y pasando la lengua por el borde de su labio inferior.
Anastasia vio esa escena y sonrió, la chica cree que le dará celos al provocar al hombre delante de ella. Más no sabe que los dos se odian y en el contrato hay una cláusula de que ninguno puede sentir celos del otro o intervenir si tiene otra pareja, con tal de que lo haga con el cuidado de que nadie los vea, pueden hacerlo sin problema.
—Ana, esta tarde tengo una reunión con unos inversionistas, por desgracia, tendrás que a