Por capricho, Anastasia fue a reunirse con sus compañeros de universidad. Lo hicieron en una cafetería cerca de la empresa. No le importó que faltara poco tiempo para la reunión que su marido le mencionó que era obligatorio asistir como pareja. Entre sus compañeros de universidad hay uno que se porta muy cariñoso con todas las chicas, especialmente con Anastasia.
Ella no les ha comentado que se ha casado con un hombre millonario. Se quejan por haber elegido ese lugar en vez de ir a su apartamento como en las reuniones anteriores en donde se divertían sin que ningún mesero les estuviera llamando la atención por sus escandalosas carcajadas.
—Lo siento mucho, pero es que… eh, por el momento no nos podemos reunir allá porque ha llegado mi tía y mi primo, no quiero molestarles con nuestra presencia.
—Ah, deberías de presentarnos a ese primo entonces, quizá esté muy guapo y se enamore de alguna de nosotras.
—Chicas, por favor, terminemos pronto con este proyecto, estamos a punto de que nos