Capítulo 94. Los Ferrer o mejor dicho los Ferrari.
Verónica Ferrer
Un par de día antes.
Allí estaba tratando de convencer a mi padre que me dejara ir, podría irme sin avisarle, pero regularmente no hacía nada sin consultarle, no era tonta sabía lo que significaba ser hija de Piero Ferrer o mejor dicho Piero Ferrari, aunque no llevara el apellido de su familia biológica no podía negar sus raíces, aunque él nunca lo hacía, se sentía orgulloso de quien era.
—¿Por qué quieres ir? —La voz de mi padre sonó baja, pero firme. Una orden disfrazada de pregunta. Sus dedos tamborileaban sobre la mesa de roble con impaciencia contenida.
El despacho olía a cuero, a libros viejos y a decisiones irrevocables. Me senté al frente, manteniendo la espalda recta, con el corazón golpeando fuerte contra mi pecho, mientras lo escuchaba en silencio.
—No quiero que te arriesgues ni te pongas en peligro —insistió, alzando la vista de los papeles para clavarla en mí—. Tú no tienes idea del tipo de persona que son esos. Los Petrov son traicioneros, no tienen comp