Capítulo 84. Dueña de mi infierno.
Dominic
Aún sentía el ardor bajo la piel. La marca que ella me había dejado seguía humeando como si Trina hubiera grabado en mi pecho un recordatorio de que yo no era invencible.
Jodida niña salvaje.
Mientras la llevábamos fuera del poblado, con los Vory a nuestro alrededor abriendo paso, yo no podía dejar de mirar esa figura desafiante caminando delante de mí. Su cabello danzaba con el viento, su cuello desnudo relucía sin el collar.
Ella había roto las reglas. Y yo... Yo había dejado que lo hiciera.
No dije ni una palabra durante el trayecto. Mi puño apretado sobre la empuñadura del jeep temblaba. No por miedo. No por dolor. Por la furia contenida que me carcomía desde adentro.
Llegamos a uno de los refugios secundarios, una construcción apartada del edificio principal, hecho de concreto y acero, custodiada por mis hombres más leales. Nadie habló. Todos sabían que algo se había desatado en mí. Algo oscuro. Algo viejo.
Apenas entramos, la empujé dentro de la habitación con la mirada.