Capítulo 146. Lo que late en la oscuridad.
Elizaveta
“Estoy embarazada”.
Y aunque al principio un halo de esperanza surgió dentro de mí, me di cuenta de que en esa casa maldita, nada estaba seguro.
El miedo me invadió con tanta intensidad, al punto que me dolía respirar. El silencio fue absoluto.
Sentí la tensión en el aire como si pudiera cortarla con los dedos. Cerré los ojos mientras en mi cabeza repetía como un mantra esperanza.
Una palabra que nunca había tenido forma. Hasta ahora.
La sentí palpitando en mi interior como si fuera ajena. Como si no fuera mía, como si me hubieran prestado un suspiro de luz solo para probar si aún era capaz de sostener algo más que el dolor.
No lloré. No podía. No quería.
Me limité a respirar. A tocarme el vientre con una mano trémula, como si esa caricia pudiera convencerme de que aún era real. Que, después de tantas veces en las que mi cuerpo fue campo de guerra, todavía pudiera ser hogar de algo vivo. Algo limpio. Algo… mío.
Mi cuerpo se estremeció y vi a Irina acercarse y arroparme.
—Tr