Kael había encontrado a Elyra en situaciones cuestionables antes. Enterrada en libros polvorientos cuando debería estar durmiendo. Practicando hechizos peligrosos en el patio de entrenamiento a las tres de la mañana. Una vez, memorablemente, colgando de una viga del techo porque había "necesitado esa perspectiva específica" para descifrar un texto.
Pero nunca la había visto mentir.
Y ahora, de pie frente a la puerta sellada de la biblioteca con lágrimas frescas en sus mejillas y temblando como si acabara de escapar de la muerte misma, Elyra Meris le estaba mintiendo directamente a la cara.
—Entonces déjame entender esto. —Kael mantuvo su voz calmada, aunque sentía rabia burbujeando bajo su piel—. Encontraste un pasaje secreto que lleva a túneles bajo la ciudad. Decidiste explorarlo sola, sin respaldo, sin decirle a nadie dónde ibas. Fuiste atacada por algo lo suficientemente peligroso como para requerir que sellaras la entrada. Y Draven—quien supuestamente está muerto—apareció mágicame