Mundo ficciónIniciar sesiónEl mundo se estaba deshaciendo.
No era metáfora. Kael observaba, paralizado, mientras las grietas en la realidad se ensanchaban como heridas abriéndose en carne viva. A través de ellas, podía ver... algo. No oscuridad. No luz. Algo intermedio que hacía que sus ojos dolieran y su estómago se retorciera.
Y en el centro del templo, la entidad fusionada pulsaba como un corazón enfermo.
Netharan se elevó hacia ella, su forma semi-corpórea extendiéndose como humo, enroscándose alrededor del caos de los fragmentos fusionados. Y con cada segundo que pasaba, se hacía más sólido. Más real.
—Seiscientos años —dijo el dios, con su voz reson







