Cap. 139. Que paguen los asesinos.
Narrador omnisciente.
Los mercenarios de Alexandros que habían estado esperando su señal para atacar, irrumpieron desde todos los rincones y rodearon a los hombres del viejo padre de Helena.
El rostro del patriarca de los Nikolaus se desencajó y el sudor le corrió por la frente.
—¿Pensaron que me arrinconarían así de fácil? —espetó Alexandros con gesto burlón —. Si he llevado al clan Kouros a ser el número uno, sobreviviendo a traiciones, ataques y guerras con otros clanes, ¿creen que un secuestro tan mal planeado y dos bombas mal puestas me iban a doblegar? ¡Par de idiotas!
En medio del caos, Maite permanecía paralizada. Pues las imágenes atroces que había visto en ese video que le mostró Helena aún ardían en su mente.
Y como impulsada por una fuerza desconocida, arrancó de la mano de Helena el celular.
—¿Qué haces, estúpida? — gritó Helena, al ver cómo con su propio teléfono Maite estaba marcando un número.
—Voy a denunciarte, ¡asesina! —gritó Maite con la respiración agitada, y