Cap. 112. No sabes de lo que soy capaz.
POV Alexandros.
Sin medir mi fuerza, pegué a Maite contra el auto. Atrapé sus muñecas con una sola mano y las llevé detrás de su espalda, presionándolas contra el capó del vehículo.
Mi cuerpo se fundió con el suyo por pura inercia, por puro instinto de posesión.
Sus pechos subían y bajaban al ritmo de su respiración agitada. Yo no dejaba de mirarla a los ojos, con las mandíbulas apretadas y una ira salvaje quemándome por dentro.
—Salir con esta irresponsable —escupí entre dientes, fulminando a su hermana con la mirada, — fue como lanzarte a un mar lleno de tiburones hambrientos. ¡Te están esperando, Maite! ¡Con los colmillos listos para destrozarte! ¿Quieres que te encierre? ¡No me obligues a hacerlo!
Ella bajó la mirada.
—No es justo lo que estás haciendo… —murmuró Maite con un hilo de voz—. Mira lo patética que me haces sentir. Vivo bajo la protección del hombre que más quisiera fuera ajeno a mi vida. He dejado mi trabajo, mis proyectos, todo lo que me gusta hacer… solo por miedo.