Romeo
Arrogancia. Inexperiencia. Error de juicio. La lista de razones que me habían metido en este aprieto era interminable, y todo se reducía a una sola cosa: no estaba preparado para esto. Toda mi vida había sido sombra, conspiración y artimañas invisibles, pero nunca había formado parte de esa oscuridad. Solo había sido una criatura atrapada en ella.
Algo bajo las piedras de nuestra civilidad se estaba rompiendo: las Celestinas no venían, los Valkhars llegaban tarde, Camilla me amenazaba abiertamente y Espen distorsionaba una conversación de hace un año para convertirla en una especie de acuerdo clandestino entre nosotros. Todo esto eran señales de un disturbio que escapaba a mi control. Y lo peor de todo era que yo también había arrastrado a Atina.
¿En qué estaba pensando al dejarla quedarse aquí? ¿De verdad había creído que esta sería solo otra de las elegantes veladas de mi madre, como si su muerte no lo hubiera cambiado todo?
El corazón me latía con fuerza en el pecho, y mis de