Capítulo 75.
POV Lola
El reloj marcaba las dos y media de la madrugada. El silencio en la mansión de los Fernández era tan pesado que me sofocaba. Cada sombra parecía una trampa. Cada crujido de la madera del pasillo me hacía pensar que alguien descubriría lo que estaba a punto de hacer.
Llevaba horas planeando mi escape. Había memorizado los movimientos de los guardias, las rutinas de Isabel y Santiago, y los tiempos de apagado de las luces automáticas en los jardines. No podía darme el lujo de fallar. No esta vez.
Me detuve frente al espejo de mi habitación. No era yo la que me devolvía la mirada: era ella, Mila, con el cabello teñido, la ropa que había robado de su antiguo armario y el maquillaje que la imitaba. Era grotesco, lo sabía. Pero también era necesario. Si quería acercarme a ella, si quería arrancarle lo que me pertenecía, debía aprender a ser ella.
Respiré hondo. La mochila ya estaba lista: dos mudas de ropa, algo de dinero que había tomado de la caja de Isabel, y un celular barato q