Salgo de la cocina a la sala de estar y me siento en un sofá cubierto con un edredón de piel. Me siento allí en silencio y espero a Casper en cualquier cosa.
Sale con dos platos de lasaña después de unos minutos. Me entrega un plato y un tenedor antes de tomar asiento en el sofá a mi izquierda. Le doy un mordisco y mis ojos se abren como platos. —Esto está delicioso, — le digo y él sonríe. —Es lasaña de pollo. Le doy otro mordisco y gimo, —joder, qué bueno— como un poco más, —Javier me dijo que esto es delicioso pero creo que subestimé sus palabras. —Me alegro de que te guste, — murmura y eso es lo último que me dice. El resto de la cena es solo un desastre silencioso e incómodo. Termina su comida antes que yo y sale de la sala de estar. Siento su mirada en la parte posterior de mi cabeza. Coloco mi plato en la mesa de cristal frente a mí y me vuelvo para mir