Él gime y se pellizca el puente de la nariz, —señorita Odetta, realmente no me va a hacer ir para el final del verano.
—De hecho, lo soy.
—Pensé que habías establecido el hecho de que te estoy protegiendo hasta Navidad con tu padre.
—Palabra clave siendo tú 'pensamiento'
—Tu padre me cortará la cabeza si me voy, aunque sea una hora antes del 15 de diciembre.
—Solo dile que son mis órdenes
—No me pagas
—Otra razón por la que no deberías arriesgar tu vida por mí.
—Es mi trabajo
—¿Qué harás cuando comience mi trabajo para enseñar a los estudiantes de jardín de infantes, vendrás y los traumatizarás?
—Cuando llegue el momento nosotros
—Aquí tienes, —murmura la pelirroja mientras coloca nuestra comida frente a nosotros, —disfrútala—, gorjea antes de mirar a un Sebastián muy ajeno y irse.
Ambos comimos panqueques y tazones de acai, pero los míos estaban cubiertos con avena, almendras en rodajas, fresas en rodajas y moras azules congeladas, mientras que los de Sebastián estaban cubiertos con