Mundo ficciónIniciar sesiónEl olor a pan tostado llenaba el departamento de Sol cuando Kira salió del cuarto, todavía con el cabello húmedo por la ducha rápida y el suéter largo que le caía justo sobre la curva del vientre. Damian balbuceaba en la silla alta, golpeando la mesa con la mano abierta, como si marcara el ritmo de la mañana. Luka estaba sentado con el codo en la mesa, medio dormido, mirando el plato como si el sándwich fuera un examen difícil.
Julian, junto a la estufa, servía huevos revueltos con una concentración casi ridícula. Movía la espátula con cuidado, como si se tratara de una obra de arte. No había ruido de televisión. Solo el chisporroteo suave del aceite, el tintinear de las tazas y el murmullo de la ciudad lejana.
—Huele bien —dijo Kira, acercándose despacio.
Julian volteó y la miró. S







