Mundo ficciónIniciar sesiónJulian no había dormido.
No podía.
La ecografía seguía en su mano como si fuera un talismán roto.
“Es niña.”
La frase en la nota de Kira ardía como un cuchillo envuelto en seda.
Él había visto muchas veces su vida derrumbarse, pero nunca así.
Nunca con esa frialdad silenciosa de una casa convertida en museo vacío.
Nunca con ese eco hueco de juguetes sin dueño, ropa faltante y el olor todavía fresco de su mujer… arrancado de raíz.
Cuando por fin William le dejó entrever dónde estaba Sol —y por consecuencia,







